Prepárese para entrar en un mundo que se desmorona ante el significado perdido y la referencia inoperante e inconexa. Aquí se abre las posibilidades de interpretación de lo contingente, se absorbe el bullicio inaudible del cosmos. Y se siente solo pasar fuerzas inexplicables a través del aparato auditivo, creando una explosión de diversas sensaciones una cascada de consecuentes emociones que el cerebro interpreta y otorga sentidos con las herramientas de su alma. 

Pero en esta volcada de consecuencias ha encriptado y convertido el mensaje original de una cosa y acaba transformándola en otra que a su vez genera una consecuencia desviada , única e inimaginable,

lo que se genera es la misma cosa, aunque distinta; es moldeable, a fuerza de ser siempre otra cosa y no la misma. Más el rastro de donde viene, permanece en su trayectoría. Hasta el mismo fin en que se acaba de decir o pensar una idea.