Habitando en las palabras.
Habitando en las palabras.
Nada es real, hasta que se siente.
TIERRA SANTA
Un desierto sin calma,
dioses que ven impactados
los horrores humanos.
Que descuido, Que infamia.
Siguen muriendo en la arena,
preguntas sin explicación de un niño,
el mundo observa impávido
los huesitos que se apilan.
¡No cesaran!
No cesaran, hasta que cada,
pequeño guijarro de rojo se tiña.
Estoy en la puta
fractura del mundo,
donde una roca magulló,
y cimbró la sacudida tierra.
Lo que arde, jadea, lo que no,
se sofoca
la primavera inundada
en ahogo se evaporó
y brava la vida luchó.
Una innombrable perdida,
con tanto dolor,
Como todo.
Nadie da cuenta
del peso,
del peso de las cosas
de alguna idea o,
emoción pasada.
Vagamos por el mundo a tientas,
no sabemos nada.
Un hongo
me desuella
un pensamiento, y quiero
aferrarme a un árbol.
¡Oh blanca hoja,
Te quiero
y no
quiero
irme
con
lo
que
despoja
la
tierra!
Todo se distorsiona, se envuelve en un aparente engaño, como el dulce a caramelizado que vuelve al niño.